Abraham Sequeda: Vocación y motivación por el poder

En un momento donde en Venezuela, las elecciones no significan nada, hasta el punto en que una persona electa solamente va a ocupar un cargo; es decir, cumplir con horas posaderas/hombre, se presentan entonces para las fuerzas ciudadanas dos zonas, para lograr modificar o hacer escenarios nuevos.

Estas zonas podemos identificarlas con nombres, colores o signos. Una zona A, la cual representa el espacio de dirección, coordinación, administración de las fuerzas internas del país (físicas, emocionales, económicas), que hasta ahora han sido ocupadas principalmente por partidos políticos, los cuales están totalmente desprestigiados ante la opinión pública, pero con militancia que aún reaccionan a estímulos tradicionales.

Una zona B, representada como aquella donde deberían estar los vasos comunicantes, con el propósito de que una organización política, grupo ciudadano, pueda establecer un sistema de representación; una intermediación entre la opinión pública y su intrincado sistema de alternativas y/o preferencias en diferentes temas, para conducir una apropiada, real y viable perspectiva, una visión que permita lograr la construcción tanto de un Estado como de un estado de bienestar.

Esta vocación va hacia la ineludible tarea que se pretende tomar, con decisión y cuando corresponda. La motivación, es el ánimo que tenga el individuo o grupo político, para optar al poder y prepararse para eso de acuerdo con sus valores y pilares. Ambas constituyen un compromiso ético de su organización con proyección hacia la sociedad.

En una opinión publica donde existe una paradoja de no equilibrio, basadas precisamente en su coherencia y/o preferencias, sus posibles decisiones pueden no favorecer una opción beneficiosa. Hablo de una sociedad que funcione, aquella cuyos ciudadanos, incluyendo miembros de partidos políticos no reproduzcan conductas inmorales.

Por tal razón, el juego por optar al poder constituye un sistema que tenga un componente para la actitud ética, donde se utilice el lenguaje para decir la verdad y hacer propuestas, no para mentir y manipular. El otro componente: un procedimiento intuitivo, mecánico o consciente para contener preferencias dañinas, figuras corrompidas o un número de jugadores intencionalmente incorporados. Esto no es fantasía, es la realidad del juego; lo fundamental es la motivación genuina y la vocación formal por el poder.


Source: La Patilla

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