Después de meses de incertidumbre, varios de los más cuestionados exjefes de la antigua guerrilla de las Farc confirman desde la clandestinidad algo que era un secreto a voces: su decisión de hacerle conejo a la paz y volver a la vía armada, argumentando supuestos incumplimientos del Estado colombiano a los acuerdos de La Habana.
A la cabeza de esa facción figura ‘Iván Márquez’, el antiguo número dos de las Farc y desde el primer momento de las negociaciones uno de los hombres más refractarios a la posibilidad de que esa guerrilla hiciera la paz.
Y con él aparecieron en el video alias Jesús Santrich (prófugo por cargos de reincidir en narcotráfico después de la desmovilización); ‘el Paisa’ (responsable del atentado contra el club El Nogal y el asesinato de los Turbay Cote en Caqueta, entre otros crímenes de lesa humanidad); y ‘Romaña’, el cerebro de las tenebrosas ‘pescas milagrosas’ que dejaron centenares de secuestrados en las carreteras del centro del país desde mediados de los 90 hasta el 2003.
‘Márquez’ habló de una ‘nueva Marquetalia’ y de una supuesta unidad con el Eln para retomar la lucha armada. Él es sin duda el más importante de los jefes de la guerrilla que deja el proceso. Pero esto no significa el fracaso del proceso de paz de La Habana. Estas son algunas claves para entender, en sus verdaderas magnitudes, lo que significa el anuncio en video de la llamada ‘nueva guerrilla’ de las Farc.
1. El proceso de paz no ha fracasado
Una buena lectura de lo que pasó la dio el propio Rodrigo Londoño, Timochenko, quien a través de varios medios afirmó que la declaración de guerra de Iván Marquez lo que hace es decantar quiénes, en las Farc, estaban de verdad con la paz y quiénes no. De alguna manera, lo que ha pasado es la confirmación oficial de que un importante grupo de ex – Farc decidieron irse del proceso. Eso se sabía hace meses, pero no estaba confirmado oficialmente.
A pesar del peso que tienen esos nombres en las Farc, como lo resaltó Timochenko, la mayoría de desmovilizados sigue en el proceso de paz y en los programas de reintegración.
Márquez se convierte en la cara más visible de una facción que desde el comienzo de las negociaciones se mostró reacia a sentarse a dialogar con el Estado, pero para quienes lo conocen y conocieron su posición durante las conversaciones, este no es un final imprevisto.
Y quienes lo acompañan en su nuevo intento guerrerista estuvieron en la misma posición y representan, como ‘el Paisa’ y ‘Romaña’, el grupo de responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad más repudiados por los colombianos y, además, el de los más metidos en el negocio del narcotráfico.
Las grandes mayorías seguimos comprometidos con lo acordado, aún con todas las dificultades o peligros que se avisoran, estamos con la paz.
— Rodrigo Londoño (@TimoFARC) August 29, 2019
2. ¿Qué tanto riesgo representan Márquez y Santrich para la paz?
Sin duda, el regreso al mundo delictivo de algunos exjefes de los grupos armados ilegales es un riesgo para la seguridad y la paz. En este caso, hay varios frentes de análisis. Por un lado, la principal intención de Márquez y su grupo es tratar de vender en este momento un discurso político para grupos, las disidencias, que están plenamente dedicadas al narcotráfico y la extracción de otras rentas delictivas. Así, un frente urgente para el Estado será activar las relaciones internacionales para evitar que esa estrategia tenga, como en el pasado, eco en escenarios externos.
En el plano militar, Márquez llamó al Eln a unirse con su grupo, y hay por lo menos una declaración parcial de esa guerrilla acogiendo el llamado.
La experiencia muestra, sin embargo, que la unión entre esos dos grupos nunca fue posible por la fuerte competencia que mantenían en los campos militar, político y de financiación ilegal.
El Eln, que es en este momento el grupo armado ilegal más activo, no necesariamente estaría interesado en sumarse a un proyecto de los ex – Farc, si bien pueden existir escenarios locales de unión de recursos y objetivos. Lo que se ha visto en los últimos años, sin embargo, es incluso enfrentamientos entre los ‘elenos’ y reductos de las Farc que se mantuvieron en la ilegalidad a pesar del proceso de paz en departamentos como Cauca y Nariño.
En el video aparece uno de los narcos históricos de las Farc: ‘Jhon 40’. Él estaba con la disidencia de alias Gentil Duarte, también exmiembro de la mesa de negociación en La Habana y quien arrancó con su banda desde antes de la firma de los acuerdos, en el 2016.
Gentil Duarte está a la cabeza de unos 500 exguerrilleros de los Llanos Orientales y el sur del país (Caquetá y parte de Guaviare) que se dedican al narcotráfico y la minería ilegal a través de la frontera con Venezuela. La presencia de ‘Jhon 40’ en la reunión con Márquez sería la comprobación de que esa disidencia estuvo en sus cuentas desde un primer momento.
Y otro elemento de análisis en este punto es aclarar que un regreso de la guerra como se dio en los 90 y a comienzos de la década pasada no es posible. Esto porque la capacidad del Estado de atacar con el poder aéreo a los grandes grupos de hombres armados como los que se tomaron pueblos y bases militares hace 20 años desterró de plano ese fantasma.
Así, los frentes en los que hay riesgos más fuertes son la intensificación de actividades criminales como el narcotráfico, la siembra de coca y de minas antipersona, así como de actividades terroristas. Pero esta es una amenaza que siempre ha estado en las cuentas del Estado colombiano, que tiene décadas de experiencia enfrentándola.
3 ¿Y Venezuela?
Aunque en el video Márquez y su grupo aseguran estar en la Orinoquía colombiana, es casi un hecho que el video se grabó al otro lado de la frontera, en Venezuela. El gobierno de Nicolás Maduro mantiene una actitud favorable para los grupos ilegales colombianos, en especial el Eln y las disidencias, y en ese orden de ideas un elemento que debe considerarse es que para sus actividades criminales ellos cuentan con el territorio del país vecino como retaguardia estratégica (para campamentos y otras actividades logísticas) y para huir hacia allí tras atacar en Colombia. Mientras en Venezuela se mantenga el régimen de Maduro, los grupos irregulares colombianos tendrán un apoyo que intensifica su capacidad de daño.
4. Momento de apurar decisiones en la JEP
Tras las polémicas decisiones en el caso Santrich, quien aprovechó las garantías procesales para huir del país y está hoy como una de las cabezas de la nueva disidencia, la Justicia Especial para la Paz tiene el reto de apurar sus actuaciones contra los que le hicieron conejo al proceso.
(Todo sobre el anuncio de rearme: Tras anuncio de Márquez, Uribe propone quitar Acuerdo de Constitución)
Así, legalmente en este momento no hay cómo proceder judicialmente contra Márquez, el Paisa y Romaña, quienes expresamente reconocieron su regreso a la guerra, porque esas decisiones están pendientes de los trámites de la JEP. Para la legitimidad del proceso de paz y de la misma justicia alternativa, demostrar que los que no cumplieron serán sancionados sin dilaciones es clave.
Con información de El Tiempo
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