Noruega observa como el chavismo persigue, encarcela, tortura y asesina a opositores venezolanos mientras les sirve té y galletitas azucaradas a sus líderes. Sonríen y se abrazan con ellos, probablemente después de la “ardua” jornada se van a cenar y hasta se emborrachan. Son felices.
Mientras disfrutan Barbados, en las cárceles torturan venezolanos inocentes.
El diálogo avanza
Claro, dicen los noruegos, si el ambiente es jovial y distendido entre los torturados y los torturadores ¿por qué nosotros –los mediadores– no habríamos de participar del festín? No importa que hayan desmantelado la Asamblea Nacional, perseguido y encarcelado criminalmente a sus diputados, que huyen como presas aterradas a esconderse en embajadas o en el exilio, lo que importa es que dialogan, comparten la mesa y hasta se echan broma entre sí: se reconcilian en el cinismo.
El diálogo avanza: los dialogantes se asolean juntos.
Los positivos resultados
Las acciones políticas se miden por sus resultados y en Venezuela los del diálogo con el chavismo han sido devastadores. Cuando los chavistas se encuentran acorralados inventan un diálogo “reconciliador”, ganan tiempo, desarticulan el ímpetu opositor y los reducen a nada. El diálogo de Barbados no ha producido ni un solo resultado positivo a la oposición. Ni uno.
Sólo silencio para el pueblo de Venezuela, que agoniza.
La liberación de los presos políticos
Todos los diálogos (2004, 2014, 2017 o 2019), sin excepción, ocasionan el desplome político de sus oficiantes. Ni uno se ha salvado, el presidente Juan Guaidó entre ellos (quien, sin duda, apoyado por las sanciones de Estados Unidos y por su admirable irreverencia y coraje ha permanecido de pie). No se entiende que persistan en su error. No se entiende que no impongan ni una condición.
Al menos Zapatero liberaba presos políticos.
El más importante aliado
El diálogo noruego, su estúpido secretismo y la pésima metodología como fue planteado (que obviamente Maduro viola siempre), causó desconcierto y furia entre nuestros aliados internacionales; fractura entre los aliados políticos nacionales; desconfianza y duda entre los más cercanos aliados del círculo presidencial; indignación y desmovilización en el más importante de los aliados: el pueblo de Venezuela.
El peor estrago del diálogo: nuestro desaliento.
Sonrisas y abrazos
Los pésimos resultados del diálogo, el patético y diletante manejo de sus oficiantes, que un día llaman asesino, criminal, torturador y ladrón al chavismo y al día siguiente lo acusa de “poco serio” porque se niega a dialogar –¿en serio?–. Le ruegan que vuelvan al Spa de Barbados, hay muchas sonrisas y abrazos por intercambiar.
Sin darse cuenta, los dialogantes torturan a muerte nuestra esperanza. La matan.
El exitoso diálogo de Barbados
Se nos dijo que este diálogo sería diferente, que, en oposición a otros, éste sería manejado de manera profesional y perentoria. La realidad los ha desdicho: ha sido el peor de todos los diálogos, el más inconstitucional, despiadado, persecutor y asesino. Desmantelan la Asamblea Nacional, acosan y encarcelan a sus diputados, y aun así, entre la tragedia y la comedia, se pide al chavismo que siga dialogando. Tengan piedad, estimados dialogantes, tengan piedad de su propio ridículo.
El pueblo de Venezuela agoniza, y con él, su sueño de libertad.
¿Exitoso diálogo de Barbados?
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