Lejos del frente, los ucranianos se movilizan para ayudar a los soldados

Los bomberos trabajan para extinguir múltiples incendios luego de un ataque ruso en Jarkov, Ucrania, el sábado 16 de abril. FELIPE DANA AP

 

En un almacén repleto de gente en Leópolis, en el este de Ucrania, Roman Kolobochok tiene como misión encontrar una mira telescópica para su amigo, que lucha en la línea de frente.

En medio de estanterías llenas de donaciones de todo el mundo, el joven de 35 años, que es miembro de los scouts, está a punto de pedir uno a Estados Unidos, gracias a una página web que le recomendó su amigo.

Antes de la guerra, Kolobochok dirigía el departamento de recuerdos de una cadena de restaurantes, pero también solía viajar a Estados Unidos como mensajero ya que trabajaba para una empresa de gestación subrogada con sede en Ucrania.

En tiempos de guerra, todo el mundo debería de contribuir con su mejor habilidad, dice. La suya, asegura, es el ingenio.

Así, después de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero, preguntó a sus jefes si le podían prestar una parte del almacén.

Junto con otros operadores logísticos improvisados, clasifica ahora los mensajes de petición de ayuda que recibe de todo el país y mueve cielo y tierra para encontrar los objetos solicitados.

En los estantes hay sacos de dormir, tiendas de acampar, pero también harina, bebidas, guantes quirúrjicos y jabón. En otra sección, la de los medicamentos, un refrigerador guarda las dosis de insulina.

– Recaudar fondos en Internet –

En los últimos días, los voluntarios han enviado ayuda humanitaria y médica a Kiev, la capital, pero también a Járkov, en el este y a Mikolaiv, cerca del mar Negro, según Kolobochok.

Pero aparte, hay una creciente demanda de lentes de visión nocturna, navegadores GPS y raciones de comida para el ejército, al que se han sumado más de 50 scouts.

Mientras tanto, las donaciones siguen llegando. Los scouts de España han enviado a Leópolis camiones cargados de material. Y un estadounidense que vive en Texas incluso se tomó tiempo libre en su trabajo para viajar hasta Filadelfia y llevar 100 botiquines de primeros auxilios a uno de los aeropuertos de Nueva York.

En pocos días, los voluntarios también recaudaron lo suficiente para comprar un dron. “El mundo nos apoya”, dice Kolobochok.

En otro almacén de Leópolis, Anastasia Sokhatska, de 26 años, también scout, se mueve entre botellas de agua, botas militares, banderas ucranianas, redes de camuflaje caseras y motosierras para construir refugios.

Cuando el ejército necesita algo, dice, recauda fondos en las redes sociales junto a sus compañeros. Después, recogen los suministros y se aseguran de que sean entregados.

“Necesito ayudar. Este es mi país”, dice. A sus espaldas, dos jóvenes llenan unas bolsas. “No puedo no hacer nada”, continúa.

Ser mujer en tiempos de guerra es una ventaja, dice la joven, que antes de la guerra trabajaba en el sector informático.

Puede cruzar la cercana frontera con Polonia y volver con su coche cargado de donaciones. Al contrario, los hombres de entre 18 y 60 años tienen prohibido salir del país, ya que pueden ser llamados al servicio militar.

– El teatro como refugio –

Pero los scouts no son los únicos en organizar la ayuda. Cuando miles de ucranianos se refugiaron en Leópolis, que hasta ahora se libró de los bombardeos rusos, todo el mundo se movilizó para ayudarlos.

En el teatro Kurbas, en el centro de la ciudad, la actriz y cantante Natalia Rybka-Parkhomenko transformó el escenario principal en un enorme dormitorio. Más de una decena de personas que huyeron de Járkov, en el noreste, pudieron dormir ahí.

En otro refugio que alberga a cientos de desplazados, Dasha Bondarenko, estudiante de veterinaria de 19 años, ayuda a los recién llegados a instalarse y a encontrar ropa limpia.

En cambio, Pavlo Bodnar, de 29 años, decidió ayudar de otra manera. Cuando este organizador de bodas y propietario de un negocio de taxis no pudo entrar en el ejército, se dirigió como voluntario a la estación de tren.

Obtuvo un raro permiso para conducir su coche durante el toque de queda nocturno y ahora ofrece viajes gratuitos a personas que huyen de la guerra, o incluso que regresan del extranjero, cuando llegan después de las 10 de la noche.

Ahora “tengo mi propia flota de personas que pueden transportar a la gente durante el toque de queda”.

AFP


Source: La Patilla

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