Luis Barragán: Caracas, o el zamuraje simbolizador

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Desde febrero del presente año, comenzaron las diligencias por el cambio de los símbolos de la Caracas histórica. Recientemente, se ha materializado a través de la respectiva ordenanza.

La infeliz y, evidentemente, alevosa decisión fue adoptada por la hegemonía oficialista a mediados de la Semana Mayor, llevándose por delante varios siglos. Descaradamente inconsulta, los cambios generados en relación al escudo, la bandera y el himno, quizá está de más decirlo, consagra la fusión del partido de gobierno con el Estado, como jamás había ocurrido por estos predios.

Por siempre, la ciudad tuvo un cronista que ya no, ampliamente conocido e, incluso, referente literario del país en no pocos casos, importándole un bledo a las autoridades, aunque – forzado a la jubilación poco tiempo atrás – Guillermo Durand ha contribuido a la crónica de un desastre inimaginable, dejando constancia de la ignorancia que lo galopa por el valle: ¿para qué sirve la auctoritas que es tan contrarrevolucionaria? Utilidad alguna tiene, por ejemplo, la originalidad de un escudo de armas que ha sido pisoteado luego de una tonelada de años (https://mariafsigillo.blogspot.com/2011/07/el-escudo-de-armas-de-caracas.html). Sin embargo, vamos a dejarnos de vainas, ya que en Caracas, por lo que significa y, a pocas horas de celebrarse un nuevo aniversario del consabido 19 de abril, se ha probado una delicada arma atómica muy propia de la guerra psicológica que la sigue atormentando, pues el zamuraje también simboliza.

Nada inocente es el cambio en cuestión, orientado a confundir, extraviar y enloquecer a quienes habitan la metrópoli, desintegrando todo sentido de pertenencia, tradición, identidad y, en definitiva, resistencia ante el modelo totalitario en curso. Y es que el misil va directamente al espíritu, la mentalidad, el imaginario y la emoción de todo capitalino al que le sacudirán en la nariz las sanciones previstas e imprevistas, pues, todavía sin concebir algunos testimonios de desobediencia civil para una materia tomada por fastidiosa, abstracta e etérea.

Faltando poco, ¿quién dice que la usurpación no puede afectar los símbolos nacionales para completar el corto-circuito? Tiempo atrás escribimos al respecto (https://www.lapatilla.com/2018/05/27/quien-dijo-que-no-pueden-modificar-la-letra-del-himno-nacional-por-luis-barragan/), llamando la atención sobre la asombrosa potestad reglamentaria que Miraflores tiene al respecto.


Source: La Patilla

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *