No son ciertas las informaciones que circulan en las redes sociales y aseguran que Gerardo Glucksmann, médico legista de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, y María Daniela Domínguez, cabo primera del Ejército argentino, fallecieron luego de recibir la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V.
En el caso de Glucksmann, un mensaje de Facebook -que ya ha sido compartido más de 350 veces- afirma que su muerte fue registrada por las autoridades el pasado 31 de diciembre “después de ponerse la vacuna rusa”, lo que le provocó un “infarto agudo de miocardio y falla multiorgánica”.
“Su hermano, ANDRÉS GLUCKSMANN, informó que el día anterior a la muerte (30/12/2020) se había vacunado voluntariamente con la Sputnik V y pide que no se vacunen sus colegas”, continúa el mensaje, que luego revela que “dentro de la Policía Federal llaman a no vacunarse”.
Esta misma información también circula másivamente en Twitter, donde usuarios han pedido “confirmación” de estos hechos ante la amplia campaña de inmunización que comenzó la semana pasada en varias provincias del país suramericano.
Otro mensaje de Facebook también afirma, en tanto, que la misma vacuna rusa produjo el deceso de Domínguez, una cabo primera del Ejército argentino de 24 años que se desempeñaba como enfermera de ese cuerpo militar en la provincia de Neuquén (oeste).
De acuerdo con esa publicación, que asegura que “la vacuna mata” y que “los medios oficiales lo ocultan”, la mujer habría muerto en la ciudad de Zapala luego de ser inmunizada por ser “personal esencial”.
“Hoy amaneció con los síntomas que se mencionan y falleció de un infarto. No sé si será CASUALIDAD o CAUSALIDAD de la vacuna rusa”, dice el texto, que también circula en Twitter acompañado por una imagen de la militar.
DATOS: Ninguno de los dos funcionarios murieron a causa de la aplicación de la Sputnik V, como han desmentido las autoridades, si bien el médico legista había sido voluntario en las pruebas de una vacuna china.
Según confirmaron a Efe autoridades de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, el deceso de Glucksmann, que la información falsa vincula erróneamente a la Policía Federal, no se produjo después de que recibiera la Sputnik V.
Fuentes cercanas a la familia del médico indicaron a Efe, no obstante, que el fallecido sí era voluntario en las pruebas de una vacuna, pero en este caso de una desarrollada en China que todavía no está aprobada para su uso comercial en Argentina.
Las mismas fuentes afirmaron que, al momento de su muerte por un infarto, el profesional no sabía si había recibido la vacuna o un placebo, aunque sostuvieron que el hombre de 68 años “no tenía ninguna enfermedad conocida”.
Sobre Dominguez, fuentes del Ejército argentino consultadas por Efe se limitaron a asegurar que la cabo primera “nunca se vacunó” con la Sputnik V ni tampoco con “ninguna de sus variantes”.
Un comunicado de las Fuerzas Militares recogido por medios y verificadores locales aclara, que la cabo primera falleció por una “falla cardiaca taquiarritmia como consecuencia de un tromboembolismo pulmonar”.
La ministra de Salud de la provincia de Neuquén, Andrea Peve, ya había confirmado el sábado pasado a través de Twitter que, “sobre los rumores que involucran a una persona fallecida, cabe aclarar que la misma no había recibido la vacuna Sputnik V”.
Por su parte, el ministro de Salud de Argentina, Gines González García, recurrió ese mismo día a sus redes sociales para aclarar la situación “a raíz de informaciones falsas que surgieron (…) en medios de comunicación y redes sociales”.
“Como resultado de la aplicación, al momento (2 de enero), únicamente se ha reportado un 1% de ESAVI (eventos supuestamente atribuidos a la vacunación e inmunización)”, en el que no se incluyen los dos casos en cuestión, completó el funcionario, quien reveló que en el segundo día de este año ya se habían aplicado más de 30.00 dosis en todo el país.
CAMPAÑA DE VACUNACIÓN EN ARGENTINA
Con cierta desconfianza por la falta de difusión pública de la información científica de la vacuna rusa, Argentina comenzó a aplicar el 29 de diciembre de 2020 la primera dosis de la Sputnik V, que se deberá completar a partir de los 21 días con el segundo componente.
La población objetivo en esta etapa es el personal de salud de grandes aglomerados urbanos, el personal de salud de unidades cerradas de terapia intensiva y el personal de laboratorio, que manipula el virus para realizar los diagnósticos.
Argentina tiene comprometidas 51 millones de dosis, de acuerdo con los contratos que el país firmó con AstraZeneca por 22,4 millones de dosis, con el Fondo de Inversión Rusa por 20 millones de la Sputnik V y a través del Mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud por 9 millones de dosis.
El país continúa negociando para adquirir vacunas de los laboratorios Pfizer, Sinovac y Sinopharm.
Hasta el viernes pasado, el Ministerio de Salud argentino notificó 317 eventos adversos posteriores a la aplicación de la Sputnik V, como dolor en el sitio de inyección, hiperemia, hinchazón.
“El 99,3% de los eventos reportados fueron leves y moderados, que no requirieron hospitalización y evolucionaron con recuperación completa”, aseguró el Gobierno en dicho informe.
RECHAZO A LAS INFORMACIONES FALSAS SOBRE LA VACUNACIÓN
Estas y otras informaciones falsas que están circulando en Argentina sobre los efectos que producen las vacunas han generado el rechazo de la ciudadanía y de organizaciones sociales y médicas que luchan para detener la propagación del coronavirus en ese país.
El Foro de Sociedades Científicas, varias organizaciones de la Sociedad Civil y diferentes universidades remitieron a Efe un comunicado en el que expresan su preocupación por la masificación de mensajes que buscan engañar a la opinión pública sobre sobre la vacunación.
“Ahora que la esperanza de una vacuna que pueda prevenir y limitar el daño de covid-19 se hizo realidad, todos debemos asumir el compromiso y la responsabilidad de brindar información veraz y de fuentes oficiales”, instan las entidades.
“La adhesión colectiva a la vacunación develará el justo reconocimiento y el apoyo que merecen los trabajadores de salud que mantienen su compromiso irreductible con el cuidado de la salud de la población, mientras que las falsas noticias conspiran contra este apoyo”, asegura el boletín suscrito por 49 organizaciones médicas.
“Para sumarnos al enorme esfuerzo de estos trabajadores, es imprescindible no circular mensajes que no hayan sido debidamente cotejados con fuentes confiables y oficiales”, finalizan los firmantes, que incluyen a Asociación Argentina de Salud Pública (AASAP), la Sociedad Argentina de Infectología y la Federación Argentina de Medicina Familiar y General (FAMFyG).
EFE.
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