Omar Estacio Z.: De USD 320 millones en adelante, el sobreprecio con las “vacunas” cubanas

“Alianza para las Vacunas del Pueblo” (“The People’s Vaccine Alliance”) es, como se define, a sí misma, “un movimiento global de organizaciones y activistas mundiales, unidos bajo el objetivo de lograr una ‘vacuna popular’ contra el COVID 19, basada en el conocimiento compartido y disponible, gratis, para todos, en todas partes. La organización, cuenta con más de dos millones de activistas en el Mundo, entre éllos, 175 exlíderes mundiales y científicos ganadores del premio Nobel.”

En “El Gran Robo de la Vacuna”, artículo publicado el pasado 29 de julio en el portal de la referida ONG, (https://app.box.com/s/inqlaf8gwoy6cxutocs8kngu0g8regcertículo) Anna Marriott y Alex Maittland, especialistas en la materia, documentan la desmesurada codicia de los gigantes de la industria químico-farmacéutica, en lo que aprovecharse de la presente pandemia, se refiere.

El oligopolio, las imposiciones de renuncia a las soberanías, el secretismo más hermético, han sido algunas de las herramientas, de las trasnacionales a la hora de condiciones vejatorias a los Estados urgidos de los antivirales. La confidencialidad, por ejemplo. A mínima filtración, en lo que a los precios y plazos de entrega, se refiere, y los industriales, sine altera parte o de manera unilateral, suspenden los suministros y “A llorar a El Valle” porque, cláusulas compromisorias, obligan a dirimir cualquier controversia ante árbitros extranjeros de muy dudosa imparcialidad.

Oxfam, fundada en 1942, es otra confederación internacional humanitaria, de importancia. “Trabajar para combatir la pobreza y el sufrimiento” es su lema. Sus investigaciones han corroborado (https://www.oxfam.org/es/node/17295) buena parte las denuncias citadas al comienzo de la presente crónica. “Pfizer/BioNTech”, ha llegado a vender cada dosis de su vacuna por 24 veces su costo en producirla. “Moderna”, ha hecho lo mismo, pero multiplicando hasta 15 veces el costo de producción. Johnson & Johnson’s y Astra Zeneca, al parecer más “comedidas”, habrían multiplicado para la venta, hasta 10 y 6, veces, respectivamente, sus referidos costos y aquí llegamos a donde no quisiéramos haber llegado:

La falta de solidaridad, de compromiso social, la voracidad, la insensibilidad de las grandes corporaciones mercantiles. Comprensible hasta cierto punto, prevalece en, éstas, el ánimo de lucro y es su esencia, obtener ganancias para poderlas repartir entre sus accionistas.

Otra cosa es un desgobernante, rapaz, depravado, nadir entre los nadires, que lo mismo aprovecha, para enriquecerse con impudicia, los buenos momentos de la nación -con los narcogobernantes todo lo bueno es efímero- que las calamidades del Pueblo. Si se avecina cualquier carnaval, monta un burdel y si se acerca un Viernes de Crucifixión, igual sigue de proxeneta, pero ataviado de monja de la caridad.

Que se jacta en medio de la pandemia, por haber adquirido 16 millones de vacunas contra el COVID-19, sin aclarar a qué precio, condiciones y plazos de entrega y lo peor: qué se ha decantado por dos fementidas vacunas, cubanas, la “Abdalá” y “Soberana” que además de no haber sido avaladas ni por una sola institución o publicación a medias, decente -¡cuidado nos salen ahora, con algún aval de la megacorrupta Organización Panamericana de la Salud- sino que muy por el contrario, las supuestas “vacunas” han sido objetadas por una avalancha de instituciones científicas, tanto extranjeras como de Venezuela, léanse, en este último caso, la Academia Nacional de Medicina, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC, los Colegios de Médicos y la Federación que los agrupa, la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, la Alianza Venezolana por la Salud, la Sociedad Venezolana de Infectología.

Gravita contra tan vulgar negociado, además, la denuncia, no desmentida, del embajador de EE. UU., para Venezuela, señor Story, según la cual, el precio facturado por la tiranía castrocubana por las pretendidas vacunas fue de US $ 40,00 por dos dosis. A lo que se agrega que, después de tal denuncia, el ministro de Salud de Cuba, muy prosopopéyico, ha anunciado la necesidad de una tercera dosis o refuerzo, de la “Abdalá” y/o de la “Soberana”, pretexto para elevar el el precio total a US $ 60,00. Es decir, US $ 52,00 más costosas que las dos dosis de Astra-Zeneca; US$ 50,00 más costosas que la dosis única de Johnson & Johnson; US $ 20,00 más costosas que la Pfizer/BioNTech. En el menos perjudicial de los casos, Venezuela, le estaría pagando a Cuba US $ 320.000.000,00 de sobreprecio y en el más perjudicial más de US $ 1.500.000.000,00 de sobreprecio.

Nosotros, dudamos que el maltrecho aparato productivo, castrocubano, sea capaz de producir 16 millones de nada. De nada bueno, aclaramos. En todo caso, señor Maduro ¿Cuánto se están ganando, usted y sus carnales, con la megacorruptela de las “vacunas” cubanas?

@omarestacio


Source: La Patilla

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