Los aprietos por los que atraviesan los Leones del Caracas, al ocupar la penúltima casilla en la tabla de posiciones, con apenas cuatro victorias en los últimos diez compromisos, obedecen, en gran medida, al discreto comportamiento del cuerpo de lanzadores, lo que evidencia que urgen ajustes para que puedan salir a flote.
Para muestra este botón: en los últimos dos encuentros hasta la jornada del miércoles, los monticulistas melenudos han sido castigados con 44 imparables y 31 carreras (28 limpias) por parte de los bateadores de Magallanes y Bravos, que totalizan un promedio de carreras permitidas de 14 por cada nueve actos, lo cual enciende las alarmas en las oficinas, para tratar de evitar la peor actuación del equipo desde la campaña 2020-21, cuando terminaron eliminados, en el último lugar con balance de apenas quince triunfos en cuarenta encuentros.
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Buscando la salvación de emergencia, aparte de la reincorporación al cuerpo de abridores de Jesús Vargas y al bullpen del relevista Ricardo Rodríguez, quienes se encuentran en Japón con la selección nacional en el torneo Premier 12, la gerencia caraquista ajustó hace una semana el cuerpo técnico, con el nombramiento de Orber Moreno en el cargo de coach de pitcheo, en reemplazo de Jorge Moncada.
Si bien la llegada de Moreno ha sido aplaudida por la fanaticada y anima a los jóvenes talentos del club, en la práctica todavía se esperan mejores resultados, que permitan al equipo ganar espacio en la tabla de posiciones.
De los ocho primeros juegos con el nuevo cuerpo técnico de pitcheo, Caracas ha ganado cuatro y a raíz de las últimas dos palizas ante turcos y pájaros rojos, la efectividad se disparó a 7.16 en los encuentros disputados del 12 al 20 de noviembre, en los cuales toleraron 57 carreras limpias en labor de 71 entradas y dos tercios.
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