Políticas del régimen de Maduro hacen que la electromovilidad en Venezuela no agarre carga

 

Con la llegada de la pandemia, en América Latina se potenció la micromovilidad, que es el uso de patines, monopatines y bicicletas eléctricas. Venezuela, aunque no en igual medida, no fue la excepción en esta nueva tendencia. Se alineó a ella más por seguridad sanitaria y prevención que por acciones climáticas.

Por Tal Cual

En medio de los picos de contagios por coronavirus y la paralización del 80% de las unidades de transporte público —por la falta de combustible y poco presupuesto para repararlos y hacerles mantenimiento—, la movilidad eléctrica surgió como una solución, pero solo para los más pudientes.

Sobre todo en ciudades como Caracas y Maracaibo —una de las regiones más afectadas por la reciente escasez de diésel que, de acuerdo con el Consejo Ciudadano por el Combustible, obligó a ocho de cada 10 venezolanos a hacer largas colas por gasolina—las motonetas, también conocidas como scooters, se abrieron paso en un mercado cautivo, construido a base de importaciones.

Celia Herrera, experta en planificación urbana y movilidad, recordó que hacia 2020 aumentó la presencia de automóviles eléctricos en el país. En ese entonces fuentes del sector indicaron a TalCual que en su mayoría eran importados desde Italia, Colombia, Costa Rica y Estados Unidos. Los primeros lotes que llegaron eran de carros usados que se vendieron como nuevos y en dólares.

«Hay algunos cambios que ya están ocurriendo, a pesar de que no existan políticas públicas orientadas a la electromovilidad, porque los propios usuarios están yendo sobre ello. Los vehículos eléctricos que se estaban vendiendo aquí rondaban entre los 20.000 y 40.000 dólares, eran generalmente vehículos de alta gama, BMW (…) pero ya las personas empezaron por el uso de la bicicleta eléctrica, que las vemos circulando en algunas ciudades del país. Van a recorridos cortos y con limitaciones porque nuestra infraestructura vial en el espacio público no es ideal para la diversidad de actores, lo que implica que no hay facilidades para ciclistas ni monopatines«.

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Source: La Patilla

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