Putin, ante el botón rojo: un farol, como mínimo, aterrador

El presidente ruso, Vladimir Putin, asiste a una reunión con el gobernador de San Petersburgo en el Kremlin de Moscú el 1 de marzo de 2022. (Foto de Alexey NIKOLSKY / SPUTNIK / AFP)

 

En los jardines del Kremlin, el Cañón del Zar es una de las más visibles atracciones. Con un peso de 40 toneladas, fue fundido en bronce en 1586 y adornado con la leyenda ‘Por la Gracia de Dios, Zar y Gran Duque Fiodor Ivanovich, Autócrata de toda Rusia’. Su valor militar es más bien simbólico, ya que nunca fue empleado en combate. Aunque se sospecha que pudo haber sido disparado tan solo una vez, esta monumental pieza de artilleríade 890 milímetros fue utilizada básicamente para asustar. Quizá por eso mismo, Napoleón estuvo tentado de llevárselo de vuelta a Francia como trofeo de guerra aunque su transporte requiriera dos centenares de caballos.

Por abc.es

Con su teórica capacidad para disparar devastadora munición de 1.000 kilos, el Cañón del Zar recuerda bastante a las armas nucleares que tanto han proliferado por todo el mundo desde que Albert Einstein advirtiera en una carta extraordinaria al presidente Roosevelt sobre la existencia de esta tecnología, junto al interés y ventaja de los nazis para desarrollarla con fines bélicos. Es decir, estamos hablando de toda una categoría de armas con un poder de destrucción apocalíptico pero pensadas para no ser utilizadas. Es decir, que desde agosto de 1945 en Hiroshima y Nagasaki, la clave de esta opción no convencional ha venido siendo su capacidad disuasoria.

Con Rusia enfrentada al riesgo de quedar empantanada en Ucrania, la pregunta inevitable es si Vladímir Putin podría llegar a hacer realidad sus reiteradas amenazas de escalada nuclear. A su disposición, tiene el mayor arsenal nuclear del mundo con un total de 6.000 cargas de las que 1.600 están desplegadas. Esta herencia de la Unión Soviética ha sido modernizada como respuesta «a lo pobre» contra la ventaja militar tecnológica demostrada por Estados Unidos durante los años noventa.

Hay armas nucleares de corto alcance que no se han utilizado nunca en la historia. Entre el 30 y el 40 por ciento del arsenal nuclear de moscú encaja en esta categoría

Otro Vietnam
En las actuales circunstancias, el uso de armas nucleares por parte de Putin podría resultar más tentador que nunca. Sobre todo, para salvar la distancia que separan a los objetivos políticos del Kremlin basados en la anexión de Ucrania y la realidad de una guerra ralentizada por la heroica resistencia de David contra Goliat con ayuda militar y duras sanciones por parte de Occidente. Una combinación diseñada para devolver a Rusia a la edad del trueque y transformar Ucrania en un Vietnam.

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Source: La Patilla

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