El pasado lunes 17 de enero, trabajadores de la Universidad de Oriente (UDO), en su núcleo del estado Anzoátegui, denunciaron que “amigos de lo ajeno” sustrajeron 13 motores del taller de ingeniería eléctrica, ubicado en la sede principal de la casa de estudios en Barcelona.
Javier A. Guaipo // Corresponsalía La Patilla
Pese a que el robo en sí es una situación bastante grave, para Ignacio Díaz lo más relevante en este caso es que el episodio ocurrió sin que los efectivos policiales que resguardan el lugar se dieran cuenta.
Por tal razón, el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la UDO (Sintraudo) cree que en todo esto hay “gato encerrado”, pues las características del material extraído permiten deducir que no fue un movimiento rápido y mucho menos sencillo de los malhechores.
“Cada motor pesa unos 100 kilogramos y fueron 13 los que se llevaron. Es una operación que muy probablemente fue realizada por un grupo, y utilizando un vehículo para trasladar”.
Es por esto que Díaz no concibe que un despliegue así no haya sido percibido por ninguno de los funcionarios encargados de custodiar el recinto universitario.
“Las autoridades deberían abrir una investigación a los uniformados, cuya tarea es proteger lo que queda de la UDO y no lo están haciendo. Así sabríamos si están siendo cómplices o no de los actos vandálicos”, sugirió.
De igual manera, mostró preocupación porque este hecho deja en evidencia que los trabajadores del recinto académico siguen siendo un blanco fácil para los delincuentes.
“El actual gobernador Luis José Marcano prometió hace casi un año que la seguridad en esta casa de estudios sería incrementada. Dicha promesa la hizo siendo protector del estado, y ahora que es el máximo mandatario, sigue sin honrar su palabra”.
El sindicalista pidió a los organismos competentes que de una vez por todas se aboquen a sumar esfuerzos por devolverle su mejor rostro a la principal universidad de la entidad.