En la antigua Grecia y Roma consideraban que la abstinencia sexual hacia que el cuerpo masculino no perdiese la testosterona a través de la eyaculación, lo cual permitía que los luchadores mantuviesen su agresividad y fuerza muscular.
El reconocido boxeador, Muhammad Ali, mantenía una abstinencia de seis semanas antes de cada combate para no ver “mermada” su energía.
De igual forma, en Rocky, un entrenador afirmaba que las piernas se debilitaban después de haber tenido relaciones.
Pero, también son innumerables los deportistas que aseguran que nunca han tenido problemas por mantener relaciones antes de las competencias, por ejemplo, el futbolista Ronaldinho.
En efecto, los estudios científicos demuestran que la actividad intima antes de competir no está directamente relacionada con el rendimiento de fuerza ni de resistencia aeróbica.
Sin embargo, algunos agregan un par de letras pequeñas:
1-Que existan al menos 10 horas entre el acto de pasión y la competencia
2-Que no se alteran las rutinas: tener relaciones con una pareja estable no supone un cambio de rutina, mientras que si es esporádico o en contextos no habituales, con alcohol o tabaco, si podría llegar a tener un efecto negativo.
Al respecto, Pelé solía explicar: “El acto en sí no es problema, pero sí lo es el calentamiento. Primero, tienen que conocer a la chica, luego ir a la discoteca, beber algo; entonces, solo después de todo eso, tienen relaciones y finalmente deben jugar al día siguiente”.
Algo similar pensaba el legendario entrenador de los New York Yankees, Casey Stengel, quien solía afirmar que “no es el sex… lo que destroza a estos tipos, es quedarse despierto toda la noche buscándolo”.
En este sentido, Francois Peinado, urólogo, explica que “lo malo es la rumba, no la relación”:
“Durante el acto, se produce una liberación de neurotransmisores que acaba en una relajación general del organismo y, a nivel psíquico, se produce una calma con una intensa sensación de felicidad. Esta reducción de la ansiedad y este aumento en la mejora del estado de ánimo, podría ser muy beneficioso para los deportistas ya que les ayudaría a estar más alerta antes de una competición”.
Tal vez, por eso, en un afán de facilitar las cosas, París aspira a consolidar su título histórico de “ciudad del amor” durante los Juegos Olímpicos (JO) del 26 de julio al 11 de agosto.
Para lograrlo, regalaran 300.000 preservativos: dos por día y atleta, acompañados de otros centenares de miles de pastillas de Viagra y Cialis, sin olvidar geles y lubrificantes íntimos.
El director de la Ciudad Olímpica, Laurent Michaud, justifica la decisión alegando que “es muy importante que los atletas se sientan contentos y felices”.
Además, intentaban acabar con la especulación pues, en las inmediaciones de la Villa, han comenzado a proliferar negocios de venta de productos relacionados con el amor, con una cierta subida de precios:
Una cajita de 10 o 12 preservativos pasó de los 8 y 12 euros a los 15 y 20 euros
No obstante, la noticia resonó con fuerza en los medios porque Londres, en el 2012, solo puso 100.000 preservativos a disposición de los atletas.
Sydney, en el 2000, puso 70.000.
El mismo año, en Tokio, solo se distribuyeron 160.000.
Por: Jessica Dos Santos
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