La política venezolana está pasando por días francamente difíciles. El descrédito, la desilusión, la desesperanza y la desconfianza campean por donde les place. ¿Para qué negarlo? De hecho, cuídese de quien se lo niegue y trate de venderle pajaritos pintados, soluciones mágicas y “formas distintas de hacer política” básicamente iguales a las ya conocidas.
“Si quieres que los resultados sean distintos, tienes que hacer las cosas de una manera diferente”. Todos conocemos el viejo refrán, pero pocos son capaces de aplicarlo a la política, a su trabajo o a cualquier otro aspecto de sus vidas.
Criticar está bien, y es sano para todas las democracias. El problema se da cuando la crítica (muy válida) no viene acompañada de una propuesta que solvente la problemática señalada. Al menos a quien suscribe se lo enseñaron en la universidad, y lo aplica en su trabajo diario (libre y sudado ejercicio). Ver los problemas, los defectos y los errores en las acciones de otros es bastante fácil, lo realmente complejo es ofrecer soluciones creíbles, reales y materializables… y yendo más allá: Resulta incluso más difícil aceptar las críticas con humildad, escucharlas, evaluarlas e incluso implementarlas.
Escuchar las críticas, estimados lectores, es de demócratas, y la verdad sea dicha, los espíritus genuinamente demócratas últimamente andan dormidos en la sociedad venezolana, y lo digo por la clase política (empeñada en reeditarse una y otra vez sin darle paso a nuevos y valiosos perfiles) pero también por esa asombrosa mayoría de venezolanos descontentos que no terminan de sentirse representados en el espectro político actual, pero que tampoco ofrecen soluciones ante esa disyuntiva… y se molestan cuando uno se los dice…
Pero… querido lector. Resulta que las redes sociales son útiles para expresarse, y también para organizar una que otra actividad… pero más nada. Todas esas ideas brillantes (y no tanto) que Usted pueda tener no llegarán a nada si no existe una organización suficientemente capaz de hacerlas llegar a todos los oídos que necesitan escucharlas. Es decir, usted amigo, que dice estar muchísimo mejor capacitado que Guaidó, y que además sabe más que Trump y Biden juntos… sí, usted que se sabe todas las respuestas y tiene todas las soluciones, usted, en vez de estar twitteando, debería formar su propio partido, o unirse a los que ya existen (si acaso su moralidad se lo permite) y hacer valer su voz de una forma verdaderamente útil para todos.
Organícese y tome las riendas, quizá sus propuestas sean justamente la que el país necesita para salir del atolladero… Hoy más que nunca Venezuela nos necesita activos, movilizados y con los ánimos en alto.
¿Participar en los partidos que tanto critica? ¿Y porqué no pues? Quizá su mensaje sea el que despierte las conciencias y revolucione la política desde sus cimientos. Sí amigo twittero, quizá su don innato para la estrategia y el derecho divino que le asiste sean la solución a nuestros problemas…
Ahora… si usted es de los que justificadamente critica, pero está muy ocupado (o no tiene estómago) para participar en política… Hágame un favor, hágaselo Usted mismo, y hágaselo a Venezuela: Además de criticar (que siempre es bienvenido) fíjese en los perfiles de los políticos que apoya, o sopesa apoyar… revise sus redes, las cosas que escribe (si es que escribe), sus antecedentes políticos, su vida privada (quien no puede ordenar su propia vida, mucho menos puede ordenar un país), sus logros y coherencia. Sea crítico y exigente. No apoye banderas, ni discursos, sino perfiles e ideas. Verá que así las cosas comenzarán a cambiar.
Recuerde que, como diría Eistein: “El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo”.
Dios bendiga a Venezuela.
@VjimenezUres
The post Víctor Jiménez Ures: A los que critican appeared first on LaPatilla.com.
Source: La Patilla